Mercado de la Encarnación. Sevilla.
Atravesable, espongiario, todo poros, con distintas densidades en mi interior. Sobre las huellas de los patios medievales se resuelven los nuevos patios-soporte. Sirven de tubos de comunicación entre los distintos niveles, al tiempo que dan respuesta estructural, son el apoyo del conjunto. Nuevos patios ligados a las infraestructuras contemporáneas y líneas de triangulación completan la matriz original. Sobre ésta, la segunda estructura-cerramiento que evoca las construcciones de la tradición de mercado. Luz y aire filtrados por celosías metálicas. Envolvente general que acoge en su interior otra arquitectura de menor tamaño. Una capa activable, plementable que ajusta su nivel de cierre dependiendo del programa al que da servicio, pero que en definitiva ofrece una imagen unitaria al conjunto.
Una cesta de luz, de actividad, para dar respuesta a un programa de estratos múltiples de la ciudad. Metro, intercambiador de autobuses, restos arqueológicos, centro de interpretación, mercado central, mercado de flores, centro comercial, cubierta energética. Todo ello en el corazón de la ciudad, en una encrucijada en uso, en un nodo de comunicación vital.
En definitiva un campo plegado de lucernarios, branquias, captadores energéticos, sombras…